viernes, 4 de noviembre de 2011

Fic [Keiyuu x Yuura]

Si Yuura pudiera revivir aquella tarde, lo haría miles de veces seguidas. Le encantaba el tiempo que pasaba con ese bajista al que admiraba tanto, y con quien tenía la suerte de pasar tiempo de vez en cuando. Sus conversaciones siempre eran provechosas e interesantes. Yuura podía escucharlo hablar durante horas y no cansarse jamás.

Montado en su nube, anunció su llegada a la casa, esperando que su querida pareja le recibiera con los brazos abiertos y la comida preparada. Pero, aterrizándose en la tierra, sabía que esperar todo eso era soñar demasiado. Keiyuu se ponía de mal humor cada vez que le dejaba solo para salir con Ikuo-san. Normalmente dejaba de hablarle por un par de días, y luego volvía a la normalidad.

— Yuura-chan, bienvenido a casa — La voz falsamente melosa que Keiyuu había usado para decir esto, le causó escalofríos. — Ve a lavarte la cara y las manos, he pedido Udon a un servicio de entrega a domicilio, así que comamos antes de que se enfríe.

El bajista, estupefacto, obedeció a la pequeña bestia que tenía por pareja y sin decir ni una sola palabra volvió a la mesa. Keiyuu le esperaba con una sonrisa amplia y tranquila.

— Y… ¿Cómo te fue con Ikuo-san?, ¿Qué hicieron?— Sonrió aun más ampliamente mientras jugaba con sus palillos y balanceaba un fideo de un lado a otro en el tazón.

Yuura le miró un momento antes de responder. Internamente, su cabeza le gritaba que algo raro pasaba con Keiyuu. Es decir, él nunca se interesaba en como le iba luego de salir con Ikuo y mucho menos intentaba averiguar acerca de lo que hicieron o dejaran de hacer.

— Pues, estuvo bien… fuimos a comer y tuvimos una larga conversación…— El bajista se contenía lo más que podía para evitar dar detalles sobre la estupenda tarde que había pasado y lo obviamente fascinante que la conversación había sido. No quería terminar con aquel buen ánimo que su pareja mantenía — ¿Cómo estuvo tu día?

— Oh, ya veo… como hoy no estuviste en casa salí a comprar algunas cosas que necesitaba… — Keiyuu comenzó a hablar acerca de las muchas cosas que había visto en las tiendas y de cómo le había costado decidirse a la hora de comprar en una tienda u otra — también te compré un regalo. ¿Por qué no vas a verlo? Está sobre la cama.

Yuura obedeció, y tras agradecer la comida, se dirigió hasta la habitación. Sentía una especie de realización personal al notar como Keiyuu parecía comenzar a aceptar su devoción por Ikuo-san. Pero cambió de opinión cuando notó lo que había sobre la cama.

Un traje de marinera. De hecho, el mismo que había usado Keiyuu en una sesión de fotos hacía un buen tiempo.

Escuchó los pasos de Keiyuu que se acercaba por el corredor.

— Yuura-chan… ¿Te gusta lo que he traído para ti? — se acercó y abrazó al bajista por la espalda, apoyando su frente en el borde de uno de sus hombros. Yuura se dejó hacer, algo dentro de el le decía que no debía llevarle la contraria a su novio… o las pagaría caro. — Creo que es un precio justo por dejarme solo cada vez que sales con ese bajista.

Lo siguiente que Yuura sintió, fue el empujón que Keiyuu le dio para lanzarlo sobre la cama y el beso demandante que le plantó en la boca. La falda, el “castigo” y el ser sometido, sería algo que el bajista guardaría bajos siete llaves… al menos hasta que su novio le contara los pormenores a sus dos compañeros de banda y su hombría quedará relegada al olvido.



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